Tradición y Des-tradicionalización
- vohaus
- 12 ago
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La preocupación contemporánea generalizada por la restauración, revitalización y recuperación de edificios y sitios históricos —renacidos y resignificados, a menudo gracias a notables concepciones arquitectónicas— demuestra una capacidad para equilibrar y armonizar tiempos y espacios con la modernidad. La contemporaneidad se presenta como el momento en que conviven lo premoderno, lo moderno y lo posmoderno, cada uno con sus especificidades en la construcción del sentido del espacio.
El imaginario moderno de las vanguardias había recuperado el imaginario romántico que vinculaba el lugar con la idea de una cultura enraizada en la tradición local. La posmodernidad, sin embargo, ofrece una nueva mirada hacia lo local, ahora considerado excéntrico, ya que no necesariamente se ubica en pequeñas comunidades periféricas o alejadas de los centros modernos, sino que también se manifiesta en el eclecticismo de los barrios étnicos de las grandes ciudades.
Hoy en día, el concepto de des-tradicionalización puede parecer, en un primer momento, paradójico, especialmente debido al énfasis que ciertas corrientes del pensamiento posmoderno colocan en el retorno a la tradición. No obstante, hablar de des-tradicionalización no implica hablar de una sociedad sin tradiciones —nada más lejos de la realidad, sobre todo en un contexto de cosmopolitismo global.
Las tradiciones necesitan defenderse, pues están en constante cuestionamiento. Es especialmente relevante en este sentido el hecho de que el "sustrato oculto" de la modernidad —que engloba tradiciones que afectan a los géneros, a la familia, a las comunidades locales y a otros aspectos de la vida social cotidiana— haya quedado expuesto y sometido al escrutinio del ámbito público.
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